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La odontopediatría es una de las especialidades de la odontología que se encarga de la atención apropiada de los seres humanos más vulnerables, los niños.

Para la correcta atención por parte del odontopediatra es necesario que la madurez del niño permita la comunicación y que el especialista tenga la capacidad, preparación y experiencia necesaria.

A los 3 años de edad en promedio, se considera que un menor puede presentar suficiente capacidad para cooperar durante una cita dental, edad en la que los pequeños inician con su independencia, pues se disminuye la ansiedad y aprensión que se presenta al separarlos de mamá o papá. Además, es la edad óptima para la primera atención formal ya que toda la dentición temporal (los 20 dientes deciduos o de leche) estarán presentes.

 

Procedimientos preventivos

 

Los procedimientos preventivos se encuentran entre los más comunes en odontopediatría, tales como:

  • La enseñanza a los padres y paciente de las técnicas de cepillado.
  • Enseñanza del uso del hilo dental.
  • Aplicación de barnices de fluoruro. Fortalecen la superficie dental y evitan en un gran porcentaje la aparición de lesiones por caries.
  • Aplicación tópica de flúor. Indispensable en edad pediátrica.
  • Toma de una serie radiográfica cada 6 meses, igualmente indispensables en edad pediátrica.

Los molares temporales y permanentes presentan en su anatomía oclusal (superficies con las que masticamos) relieves, depresiones y elevaciones llamados fisuras y fosetas, las cuales llegan a presentar profundidades importantes y suficientes para retener partículas de alimento que predisponen hasta en un 80% la aparición de lesiones por caries. La recomendación para estos órganos dentales en la etapa de más incidencia de caries es la colocación de selladores de fosetas y fisuras que consiste en la aplicación de una resina líquida en el fondo de las fosetas y fisuras, evitando con esto, la posible retención de partículas de alimento y bacterias.

Procedimientos interceptivos

 

Después de los tratamiento preventivos, pasamos a los interceptivos. Estos consisten en identificar situaciones y lesiones iniciales, evitando que evolucionen a condiciones mayores que puedan provocar dolor, infecciones o alteraciones en el crecimiento facial, como los hábitos o maloclusiones. Entre los tratamientos más identificados en este grupo de edad son:

  • Resinas preventivas. Colocadas posteriormente a la eliminación de pequeñas pigmentaciones o lesiones instaladas generalmente a nivel del esmalte de los dientes o molares.

Las maloclusiones significan mordidas inadecuadas o traumáticas por alteraciones en el crecimiento o por hábitos prolongados, como el uso del chupón, la succión de dedo o el empuje lingual. Estas deben ser corregidas en el momento que se diagnostican y el paciente tiene la posibilidad de cooperar, de lo contrario el crecimiento armónico de las estructuras de la cara pueden verse afectadas. Entre los tratamientos más comunes para corregir tempranamente estas condiciones se encuentran:

  • Todos los aparatos de expansión. Estos nos ayudan a estimular los huesos de los maxilares para que crezcan y para el acomodo de los dientes en caso de compromiso de espacio o mordidas cruzadas iniciales.
  • Aditamentos intraorales con trampas linguales o digitales. De suma importancia para suprimir los hábitos de empuje lingual o succión del dedo, respectivamente.
  • Reguladores del crecimiento. Aparatos generalmente removibles que coadyuvan a coordinar, equilibrar y corregir un crecimiento facial armónico, sobre todo en los casos de discrepancias iniciales del crecimiento de los maxilares.

Tratamientos correctivos

 

Finalmente los tratamientos correctivos, que son los menos deseables pero muy necesarios en pediatría. Este tipo de tratamientos consisten en la rehabilitación de lesiones y condiciones que ya afectaron las estructuras bucales y dentales. Entre los más comunes son:

  • Las resinas. Rehabilitan la estructura de cualquier cara dental.
  • Coronas de acero. Sugeridas en la rehabilitación de lesiones por caries que inician entre diente y diente, afectando prácticamente toda una de sus caras. Estas coronas tienen una anatomía idéntica a la estructura natural de los dientes o molares, son inoxidables y lo principal es que nos garantizan protección total de la estructura dental.
  • Mantenedores de espacio. En caso de que la afección de algún molar, canino o incisivo temporal sea importante, que esta impida su rehabilitación y requiera su extracción, es preciso la colocación de un mantenedor de espacio que nos permita preservar el espacio que ocupará el órgano dentario permanente que sucederá al temporal perdido.

Durante la primera etapa de erupción de los dientes permanentes, entre los 6 a 8 años , se pueden presentar condiciones que exigen, por su falta de coordinación y armonía en los maxilares, un diagnóstico más especializado, como el cefalométrico, que consiste en un análisis detallado del crecimiento con la posibilidad de un tratamiento correctivo de ortopedia y ortodoncia.

Las urgencias por traumatismos (golpes , caídas , laceraciones) o por dolor de origen dental son parte de los procedimientos de odontopediatría que se atienden de inmediato en la práctica diaria. Sigue estos 5 consejos en caso de un traumatismo dental.

Acude con tu odontopediatra para conocer qué tipo de procedimiento es el correcto para asegurar la salud de tus niños. Agenda tu cita hoy para obtener una evaluación diagnóstica.

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